Datos personales

Mi foto
Pluma Joven A.C. es una organización juvenil que promueve la lectura y escritura como un medio para el desarrollo de una mejor sociedad. Somos un equipo de trabajo siempre abierto a recibir nuevos miembros en un ambiente de compañerismo y diálogo, así como un conjunto de espacios para la libre expresión, crítica y retroalimentación para cualquier individuo con inquietudes literarias, construidos de jóvenes para jóvenes.

viernes, 23 de septiembre de 2011

El Juego- Soltando Tinta


SOLTANDO TINTA
CRISTIAN VAZQUEZ
FEBRERO 2011




"He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mí para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida y eso es por lo que tengo éxito." Escribió el más grande atleta de todos los tiempos (sin querer entrar en polémicas)  alguna vez.

La vida es un constante aprendizaje para aquel que tiene los ojos abiertos; el que se revela a la monotonía; el que, simple y, sencillamente y, valga la redundancia, quiere en verdad aprender.

Es como el juego, el juego es como la vida. Y él, como todos, inició de cero. Comenzó a jugar hace ya varios años con el entusiasmo de un niño aventurero y junto con la emoción del aprendizaje y la ilusión de lo desconocido vino con el tiempo lo inevitable; los tropiezos. En momentos el ambiente parecía ya formado, los rostros ajenos. No faltaban los gritos de desaliento de los terceros, junto con el apoyo de los cercanos. Quizá las críticas no eran tantas, pero en la percepción de un niño y su ilusión desmedida, se acrecentaban. Se sentía un bicho raro en una selva enorme y varias veces estuvo a punto de claudicar, al grado que en momentos desapareció, harto de malos comentarios y acusando de cobardía; busco refugio en el origen, consuelo en el hogar. Probó otras cosas.

Pasó el tiempo. Creció. Ese niño con ciertos problemas físicos y anhelos infantiles que yacía refugiado en los brazos de su familia había cultivado algo más que conocimientos, había probado otros ambientes; acumulaba otras caídas. Estaba dispuesto a seguir, estaba dispuesto a aprender. El talento, se decía;  es relativo. La actitud es constante.

Consiguió apoyo del mejor entrenador: de sí mismo. Se fortaleció físicamente, se fortaleció mentalmente. ¿Volvió a caer? ¡Claro!, Cayó una y otra vez. Falló, cometió errores, tropiezos, en ocasiones demeritó el trabajo de otros; pero, paralelamente; ganó el reconocimiento de muchos y, sobre todo, el propio. Quizá no había nacido con la capacidad innata, la habilidad, las aptitudes, siquiera el aspecto. Trabajó en ello. Y aun hoy, no es un genio, jamás lo será. No se volvió la figura, mucho menos una estrella de este juego que se llama vida; se volvió una pieza, una parte importante, un engrane, un jugador más. Vivió las mieles de las buenas jugadas y con el tiempo entendió que a veces eres más grande  al aceptar tus propios errores que  al salir en hombros; con el tiempo observó que, cuando el aliento falta, el corazón sobresale; aprendió a perder y a ganar.

Todos caemos alguna vez todos tenemos días en los que cada jugada que hacemos brilla por el solo hecho de haberla intentado. ¿Suerte? Llámenle como quieran. Mientras más lo intentas, mas suerte tienes. Aquel que lucha contra sus propios defectos es, por inercia; un ganador. Aquel que doblega hábitos cambia destinos.  Aquel que quiere aprender, termina aprendiendo; aquel que sabe aprender, termina ganando.

Comunidad pluma joven, si me permiten llamarlos así; amigos todos. Nunca se den por vencidos. La idea es siempre aprender. Siempre habrá detractores, por más que la labor sea buena, de alguna u otra manera, los habrá. Es parte de la imperfecta naturaleza humana, es parte del permanente aprendizaje.  Nuestro principal apoyo debe ser nosotros mismos, nuestra perseverancia. Ganando tomas confianza. Pero perdiendo, si es con la frente en alto, si lo deseas y entiendes lo depurable, consolidas el talento, rompes esquemas e invades fronteras .

Sobra decir la identidad de ese niño. El mismo que ahora al terminar un partido; que aún con el sabor de su neutral actuación y la sensación de la forzada victoria, toma la libreta de su mochila y se pregunta si escribe del basquetbol; o de la vida.

Aprendamos los unos de los otros; aprendamos de nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario