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domingo, 8 de mayo de 2011

Desalmado: Capitulo VII

Capitulo VII-  Elliot (Primera Parte)


Royal Village. Tempranas horas de la madrugada. Dos figuras se esconden entre las últimas penumbras de la noche. Una de ellas se esconde tras un grueso capuchón negro, el otro solo porta un gorro de lana de llama para cubrirse del frío de la mañana.

-¿te han seguido?- pregunto discretamente la sombra encapuchada

-claro que no. Ahora dime, ¿Por qué estoy despierto a las 5 de la mañana y lejos de mi casa?- refunfuño el joven del gorro

-porque tengo algo muy importante para ti, que de seguro te será de mucho interés…-

-te encanta hablar con enigmas,  Ricardo. Será mejor que vayas al grano-

-si, si… bueno. Entérate que aquí hay desalmados-

-¿¡que!?- grito el joven, abriendo los ojos como platos-

-¡shht! No hagas escándalo o alguien se despertara- susurro Ricardo –creo que uno de ellos amenazo a mi hermana hace unos días-

-¿y que hacia ella? No creo que eso haya ocurrido solo por su cara bonita-

-pues….- titubeo un poco –estaba cazando y…-

-¿cazando? Se les ha repetido que no deben cazar dentro de los límites de la ciudad-

-lo se, lo se…pero ese no es el punto ¿o si?-

-tendrás que discutirlo con “Gran jefe”-

-si, claro, como no te hablan… creí que tenias tantos derechos como ellos, “perrito”-

-eso no te incumbe… respecto a los desalmados, ¿Qué sabes de ellos?-

-uno de ellos usa una gabardina negra que lo cubre hasta la nariz y su cabello es rubio y parece que estuviera mojado. El otro es rubio también y hasta donde se trabaja como esclavo para el Lord Rosebud. Por lo que escuche, ese no consume almas-

-¿el Lord Rosebud? Eso es muy interesante… aun así no hay que arriesgarse. Iré a hablar con alguno de ellos. Que esto no salga de nosotros dos, ¿de acuerdo?-

-por supuesto, siempre y cuando el asunto de mi hermana también quede entre ambos-

-por ahora… buenos días. Se despidió el joven del gorro

-si, claro- sonrió Ricardo.


El centro de Royal Village. Mediodía. Alphonse lee un diario sentado en una banca del pequeño parque del pueblo. A su alrededor parejas caminan, niños juegan, el ambiente es dichoso y esta lleno de vida.
Una persona llama la atención de Alphonse, quien desvía ligeramente la mirada del diario para examinar a la figura. Un joven de piel tostada, cabellos color canela y ojos carmín sin manchas. Las facciones de su rostro eran firmes pero curiosas y su mirada era la de un muchachito alegre y enérgico. El joven camina derecho hasta Alphonse y toma asiento a su lado, en la misma banca.

-buenas tardes- saludo cortésmente Alphonse.

-muy buenas tardes igualmente- contesto el joven.

Ambos guardaban silencio; Alphonse hojeaba el diario y el muchacho jugueteaba con sus pies en la grava. El muchacho, disimuladamente, rompió el silencio.

-mucha gente, ¿no?- sonrió

-si. Supongo que se debe a que es el festival de las calabazas- contesto Alphonse.

-ah. Cierto…  y supongo que hay mucho alimento de donde escoger-

-pues mucha gente aprovecha para vender sus pasteles de calabaza, manzanas con caramelo, jugos y ese tipo de cosas.- dijo Alphonse, cortésmente

-…y personas ¿no?- insistió el joven

Alphonse guardo silencio, respiro profundamente, doblo su diario y lo coloco a su lado, entre el y el joven.

-de acuerdo- comenzó Alphonse –dime lo que buscas-

-que contestes a mis preguntas, bestia. Para empezar ¿Qué buscas aquí, en Royal Village? Nada bueno, supongo-

-sígueme- dijo Alphonse, con voz cortante y levantándose tranquilamente de la banca. El joven lo siguió sin chistar. Ambos salieron del parque y de la vista de las personas. Ya en un lugar seguro, Alphonse se dirigió hacia el muchacho.

-mi nombre es Alphonse, estoy en Royal Village de simple visita, iba de paso y simplemente ha sido capricho del destino que haya arribado en plenas fiestas. No busco alimentarme de personas, no penséis mal. Mi objetivo es otro-

-bueno, ha sido muy cortes al contestar preguntas que aun no había formulado, aprecio su cooperación. Mi nombre es Elliot. Mucho gusto. Respecto a su misión ¿se podría saber cual es?-

-me temo que no responderé mas hasta que usted conteste a mis preguntas también. Descuide son simples. Para empezar ¿”Quién” es?-

-soy miembro del clan de licántropos de Royal Village-

-ah, que bien; me alegra encontrarme con alguien respetable por fin- sonrió Alphonse.
-creí que vosotros se presentaban en su forma canina-

-hay mucha gente, eso es imposible en estas fechas- contesto el interpelado, sin embargo, había titubeado en su respuesta y Alphonse lo noto rápidamente.

-¿Por qué dudáis al responder?-

-ya he contestado una pregunta, dígame su misión, por favor- respondió rápidamente.

-busco desalmados. Tuve reportes sobre uno en Royal Village, pero ha sido una falsa alarma. Así que mi estadía durara menos tiempo del planeado-

-¿planea cazar?-

-no lo creo, eso será hasta que tome camino de nuevo, será lejos de los límites de la ciudad, como ha sido decretado en el tratado con los licántropos.-

-escuche que hay un desalmado  trabajando para el Lord Rosebud-

-y bien informado se encuentra. Su nombre es Nicholas, es un viejo amigo, es “vegetariano” así que no hay de que preocuparse. Uno nunca debe desconfiar de la palabra de un desalmado. – sonrió Alphonse

-no, supongo que no; es bueno encontrar a alguien amigable. Y ¿Cuánto tiempo mas estará aquí?-

-un par de días. Este ambiente me sienta bien, además, hacia mucho que no veía a mi amigo-

Elliot sonrió de oreja a oreja. De repente se había vuelto amistoso y alegre. Alphonse le devolvió la sonrisa, el conocía a los licántropos y sabia que ellos se caracterizaban por ser muy enérgicos e inocentes, pero firmes y leales cuando se requería. En secreto, Alphonse envidiaba a los licántropos y deseaba ser uno de ellos y no un desalmado.

-Oh, lo olvidaba- dijo Elliot –tengo que arreglar un ultimo asunto con vos… ¿últimamente os habéis topado con vampiros?-

-si, hace un par de noches. Si he cometido alguna falta me disculpo, no era mi intención-

-¿la encontraste dentro o fuera del pueblo?-

-dentro, en un callejón paralelo a la calle principal. ¿Ocurre algo malo?-

-no, por ahora. Esos gemelos saben muy bien que tienen prohibido cazar dentro de los limites, pero no comprenden…así son los adolescentes, supongo-

-¿entonces no hay problemas?-

-ninguno, mi amigo. Disculpa la molestia. Estaremos en contacto- termino Elliot con una amplia sonrisa.

-por supuesto. Gracias- se despidió Alphonse.



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