Desalmado Capitulo III- Interrogatorio
-no puedo creer el entusiasmo de esta gente- murmuraba el chico de la gabardina negra.
Una hostería. Desde una ventana en el 2do piso del edificio el joven observaba a la multitud afuera, muy animada a pesar de que el festival de las calabazas esta en su tercer día de apogeo.
Mientras tanto…
Una gran casa blanca de 2 pisos con un jardín floreado y un bonito pórtico. Dentro, una niña acicalando sus cabellos color bronce…
-padre… ¿puedo ir al pueblo?- pregunto con una amplia sonrisa
-es muy arriesgado-
-pero, papa; prometiste que me divertiría en Royal Village y no me he divertido en absoluto-
-tu presentación el otro día debió ser muy divertida, Fiore-
-no lo fue- gruño la chica
-de acuerdo, puedes ir al pueblo a relajarte un poco- asintió el Lord Rosebud
Ya en el pueblo, Fiore curioseaba por todos lados, seguida de cerca por una gran multitud de guardias, que trataba, en vano, de pasar inadvertidos.
-padre…-murmuraba la chica con desden.
Su mirada de repente se perdió en una pequeña repostería francesa que no parecía muy sofisticada, mas bien era una pequeña casita de color rosa pastel y una gran vidriera que dejaba ver los bellos pasteles de bodas y pequeños pastelillos que también adornaban la escena. Fiore quedo encantada de ellos y entro casi danzando al lugar. Automáticamente la calle se lleno de guardias quienes se esparcieron por todos lados.
Cerca de allí, el chico de la gabardina negra caminaba sin rumbo fijo hasta que paso delante de la vidriera de la misma repostería, al mirar dentro su mirada se perdió en el rostro de la chica quien comía pastelillos despreocupadamente.
El echo un vistazo sobre su hombro y detecto sin ningún problema a los guardias. Tomo una piedra del suelo y la lanzo a un pueblerino quien confundió al atacante con otro transeúnte inocente y comenzó una pelea. Todos los guardias se enfocaron en la pelea y el chico de la capa negra entro sigilosamente a la repostería.
El se acerco al mostrador como si no hubiera visto a la chica. Ella levanto la mirada y no pudo evitar sentir la misma curiosidad que el día anterior cuando sus miradas se cruzaron.
-hey, muchacho- llamo tímidamente la chica
El la observo y con un brillo en los ojos avanzo hasta la mesa donde ella yacía, la mesa estaba llena de pastelillos de todos tamaños, formas y colores.
-hola- saludo ella con una gran sonrisa y un pequeño pastelito en sus manos -¿Gustas comer algo?- pregunto alzando el pastelito.
-¿no es por protocolo que os presentéis primero?-
-Numero uno: si siguiera el protocolo vos deberéis presentaros primero ya que es usted el caballero
Número dos: dejad el protocolo a la realeza.-
-¿pero vos no sois de la realeza, señorita?-
-hmm, no puedo pasar desapercibida por ningún lado…- gruño la niña
-es algo comprensible puesto que usted es la hija del Lord Rosebud ¿me equivoco?-
-estas en lo cierto, mi nombre es Fiorella Rosebud-
-mucho gusto, señorita Rosebud- contesto cortésmente y haciendo reverencia
-puedes decirme Fiore, si te apetece-
-de acuerdo, Fiore entonces. Mi nombre es Alphonse-
-Alphonse…- susurro la chica. –Toma, come algo, están deliciosos- sonrió dulcemente mientras volvía a alzar el pastelito hacia el chico.
-no, gracias, no tengo apetito-
-insisto, come algo-
-disculpe pero no, no tengo hambre-
-come-
-no-
-¡come!- grito Fiore colocando el pastelito en la nariz de Alphonse
-de acuerdo, de acuerdo, pero solo la mitad.- contesto mientras partía el pastelito a la mitad y le daba unos pequeños mordiscos.
-si puedo preguntar, ¿Por qué me has hecho comer?-
-porque no me gusta comer sola- sonrió Fiore.
Ambos guardaron silencio y se miraron mutuamente. Era su primer “hola”…
-no puedo creer el entusiasmo de esta gente- murmuraba el chico de la gabardina negra.
Una hostería. Desde una ventana en el 2do piso del edificio el joven observaba a la multitud afuera, muy animada a pesar de que el festival de las calabazas esta en su tercer día de apogeo.
Mientras tanto…
Una gran casa blanca de 2 pisos con un jardín floreado y un bonito pórtico. Dentro, una niña acicalando sus cabellos color bronce…
-padre… ¿puedo ir al pueblo?- pregunto con una amplia sonrisa
-es muy arriesgado-
-pero, papa; prometiste que me divertiría en Royal Village y no me he divertido en absoluto-
-tu presentación el otro día debió ser muy divertida, Fiore-
-no lo fue- gruño la chica
-de acuerdo, puedes ir al pueblo a relajarte un poco- asintió el Lord Rosebud
Ya en el pueblo, Fiore curioseaba por todos lados, seguida de cerca por una gran multitud de guardias, que trataba, en vano, de pasar inadvertidos.
-padre…-murmuraba la chica con desden.
Su mirada de repente se perdió en una pequeña repostería francesa que no parecía muy sofisticada, mas bien era una pequeña casita de color rosa pastel y una gran vidriera que dejaba ver los bellos pasteles de bodas y pequeños pastelillos que también adornaban la escena. Fiore quedo encantada de ellos y entro casi danzando al lugar. Automáticamente la calle se lleno de guardias quienes se esparcieron por todos lados.
Cerca de allí, el chico de la gabardina negra caminaba sin rumbo fijo hasta que paso delante de la vidriera de la misma repostería, al mirar dentro su mirada se perdió en el rostro de la chica quien comía pastelillos despreocupadamente.
El echo un vistazo sobre su hombro y detecto sin ningún problema a los guardias. Tomo una piedra del suelo y la lanzo a un pueblerino quien confundió al atacante con otro transeúnte inocente y comenzó una pelea. Todos los guardias se enfocaron en la pelea y el chico de la capa negra entro sigilosamente a la repostería.
El se acerco al mostrador como si no hubiera visto a la chica. Ella levanto la mirada y no pudo evitar sentir la misma curiosidad que el día anterior cuando sus miradas se cruzaron.
-hey, muchacho- llamo tímidamente la chica
El la observo y con un brillo en los ojos avanzo hasta la mesa donde ella yacía, la mesa estaba llena de pastelillos de todos tamaños, formas y colores.
-hola- saludo ella con una gran sonrisa y un pequeño pastelito en sus manos -¿Gustas comer algo?- pregunto alzando el pastelito.
-¿no es por protocolo que os presentéis primero?-
-Numero uno: si siguiera el protocolo vos deberéis presentaros primero ya que es usted el caballero
Número dos: dejad el protocolo a la realeza.-
-¿pero vos no sois de la realeza, señorita?-
-hmm, no puedo pasar desapercibida por ningún lado…- gruño la niña
-es algo comprensible puesto que usted es la hija del Lord Rosebud ¿me equivoco?-
-estas en lo cierto, mi nombre es Fiorella Rosebud-
-mucho gusto, señorita Rosebud- contesto cortésmente y haciendo reverencia
-puedes decirme Fiore, si te apetece-
-de acuerdo, Fiore entonces. Mi nombre es Alphonse-
-Alphonse…- susurro la chica. –Toma, come algo, están deliciosos- sonrió dulcemente mientras volvía a alzar el pastelito hacia el chico.
-no, gracias, no tengo apetito-
-insisto, come algo-
-disculpe pero no, no tengo hambre-
-come-
-no-
-¡come!- grito Fiore colocando el pastelito en la nariz de Alphonse
-de acuerdo, de acuerdo, pero solo la mitad.- contesto mientras partía el pastelito a la mitad y le daba unos pequeños mordiscos.
-si puedo preguntar, ¿Por qué me has hecho comer?-
-porque no me gusta comer sola- sonrió Fiore.
Ambos guardaron silencio y se miraron mutuamente. Era su primer “hola”…
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