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Pluma Joven A.C. es una organización juvenil que promueve la lectura y escritura como un medio para el desarrollo de una mejor sociedad. Somos un equipo de trabajo siempre abierto a recibir nuevos miembros en un ambiente de compañerismo y diálogo, así como un conjunto de espacios para la libre expresión, crítica y retroalimentación para cualquier individuo con inquietudes literarias, construidos de jóvenes para jóvenes.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Decir- Soltanto Tinta


“Decir”
Soltando Tinta
Hace tiempo que tenía arrinconado en mi cabeza, como torturándome, el impulso de hace unos meses que de la nada me llevó a iniciar estas reflexiones, hoy, me reencuentro solo, frente a la pluma, dispuesto a luchar contra mis dudas acerca de sobre que escribir el día de hoy. Y mientras mi “inconsciente conciencia” se debate, me “Digo” a mí mismo que es inútil tratar de buscar un tema, creo que el “chiste” de este ejercicio es que el tema nazca por sí solo, que surja de las entrañas del día con día, de conversaciones, cuentos, noticias, momentos; sentimientos propios de la realidad mía y de cualquiera. Hablando conmigo mismo (con la locura que implica) traigo a mi mente conversaciones recientes que hacen iniciar la piedra al aire del día ¿hablar? Mostrar, expresar, dialogar… Las cosas, las palabras que decimos y que aparentamos pensar desde el punto de vista social o de convivencia, dialogo e intercambio de ideas. ¿Qué decimos? Entre más el mundo se me o conozco de “poquito en poquito” me doy cuenta de lo difícil que aparenta ser que “alguien” (quien sea) diga lo que piensa.
Hace tiempo que tenía arrinconado en mi cab

Las conversaciones, los debates y hasta las discusiones son parte de la vida de los 9000 millones de humanos en nuestra tierra y la pulcritud de la palabra/letra es cosa de unos pocos. La “estrategia” oral, acomodar lo que dices, lo que piensas, tu manera de enseñar, de expresar, de fingir… es uno de los tantos canceres del siglo XXI. Mientras la estructura moral se debilita, la palabra Honor se desvanece en la letra “H” del abecedario y en los valores de uno que otro privilegiado.

Convivimos, nos miramos, planeamos y modelamos frases a nuestro favor, discursos momentáneos con un fin especifico, expresando lo que queremos decir y hasta lo que sentimos; pocas veces lo que realmente pensamos.

Aún no quiero introducirme en la subjetividad  de los términos deshonestidad o falsedad, creo que es propia de nuestro libre albedrío la capacidad de elegir que decir o que callar y cómo hacerlo; pues después de todo somos nosotros los que padecemos las consecuencias de nuestras palabras (y actos) ¿Cuántas peleas con la pareja no son provocadas por frases mal dichas? Errores empresariales, órdenes, frases o mensajes mal enfocados que no causan la reacción esperada y desencadenan consecuencias poco favorecedoras.

Hablar, decir, pensar… ¡Todos lo hacemos” ¿Correctamente? ¿Que tanto meditamos nuestras palabras, cuantas veces procuramos lastimar lo menos posible, dejar de lado la pasión del sentimiento y llenar de la razón del pensamiento centrado a lo que expresamos? Es cierto, para expresarse con la finura adecuada es necesario estudio, lecturas, conocimientos de expresión oral y física y cientos de métodos que hasta desconozco, más la piedra no vuela por esos aires. Creo que cada quien tiene en su conciencia las veces en las que habla sin pensar o pensando en engañar; mal manejando la verdad o la realidad de las cosas. Cada quien dice lo que piensa/siente a su propia manera, según su propia forma de pensar/sentir (valga la redundancia) y al final y al cabo, no hay mejor juez que nuestro juez interior. ¿Qué tanto cuidamos lo que decimos? Porque (Sin pretender generalizar) decimos mucho, pensamos poco.

“Decir”.

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