Desalmado: Capitulo II

Capitulo II- Territorio

Caída la tarde en Royal Village. El joven de lustre capa negra sale de la fonda atraído por la alegría y el entusiasmo que hay afuera.

-¡atención, damas y caballeros!- grito una eufórica voz sobre el escenario principal en el centro de la villa.  –ante ustedes, el Lord Carlo Rosebud y su hija, la ahora srita. Fiorella Rosebud-

Toda la multitud ovaciono a la joven, quien lucía un hermoso vestido pomposo blanco con delicados moños rosas, su cabello lacio y de color bronce caía sobre sus pequeños hombros en bucles que hacían relucir su hermosa cara aun de niña. Unos ojos color caramelo recorrían tímidamente a la multitud, que la observaba con asombro y benevolencia.

El joven contemplo a aquella chiquilla que se sonrojaba con timidez. El rubor en sus mejillas resaltaba de una manera encantadora sobre su piel blanca y de apariencia sedosa.

-vaya…- susurro el joven –juraría que ella aun es una niña. Y también es muy hermosa…demasiado hermosa- dijo esto ultimo entrecerrando los ojos y perdiéndose entre la multitud, dándole la espalda. Sin embargo, la chica observo al joven y no pudo evitar sentir curiosidad por el. Pero nada podía hacer más que contemplar la graciosa huida de aquel extraño.

Caía la noche en la villa. El joven casi literalmente se deslizaba por las calles que aun estaban llenas de gente. Había mucho ruido y no era de extrañar que la gente se riera estrepitosamente o se gritara entre si, algunos se insultaban provocando así pequeñas peleas. Pero un grito bajo resonó en la cabeza del chico quien rápidamente trepo por una pared y corrió por los tejados de las casas hasta detenerse frente un callejón sin salida, donde una chica yacía de rodillas dándole la espalda. Ella se movió un poco dejando ver a otra persona, un hombre a quien, en apariencia, le daba un muy apasionado beso. La chica percibió la mirada del joven, quien no le quitaba los ojos de encima mientras se reía en voz baja…

-hehehe, jóvenes enamorados… muchacha, ten cuidado, lo has dejado sin aliento-

-no te metas- rugió la chica mientras erguía la espalda. Al moverse revelo que el hombre estaba con la mirada perdida, sin un rastro de brillo en los ojos y sangre escurriendo por su boca. Yacía muerto.

Cuando sus miradas se encontraron la chica le sonrió pícaramente

-¿acaso quieres ser el próximo?- sonrió ella

-no gracias, yo aprecio mi vida, además no voy con cualquiera- se burlo el.

-¿Qué te hace pensar que soy una cualquiera?- bufo ella.

El dio un ágil salto hasta su lado y sin tiempo de reaccionar la tomo del cuello y acerco sus labios al oído de la chica y le susurro

-escuchadme bien, sangijuela chupasangre… Será mejor que no cacéis de nuevo por esta zona, o perecerás igual que todos los que tú que merodeen por aquí- gruño –este es mi territorio-

Dejo caer a la chica que tosía desesperadamente tratando de recuperar el aliento.

-¿Qué…uff…que demonios… eres? pff-

-un monstruo igual que tu- se rió y se fue trepando nuevamente la pared y dando saltos entre las casas hasta perderse en la distancia.